Nuestra voluntad era montar un proyecto mágico en una ciudad única. Apasionados de la puesta en valor de objetos en inmuebles con carácter, encontramos esta casa con un patio del S. XVII reformado en el XVIII que se adecuaba a la perfección con lo que buscábamos: ofrecer a nuestros huéspedes una estancia única, con la sensación de estar en su propia casa más que en un hotel. Suite de 40 m2, la más grande de toda la casa. Comodidad de acceso al estar en la planta baja, con acceso directo al patio. Consta de zona de estar, vestidor y gran cuarto de baño, techos con artesonado de 4,5 metros de altura. Sus grabados del S XIX destacan en la zona de salón.